24 marzo 2010

Lentes color de rosa

Sabemos que si uno se pone lentes azules, ve todo de color azul y si se pone unos de color amarillo, ve todo amarillo, pero la realidad es que el mundo no es azul, ni amarillo. Sin embargo, todos tenemos unos lentes internos que nos hacen ver el mundo de cierto color, hablo de paradigmas, o modelos mentales.

Mientras viajaba en el subterráneo de New York, un hombre observaba a otro, cuyos niños corrían haciendo ruido y desorden; y pensó, “¿Por qué este hombre no controla sus hijos? ¡Que irresponsable!, no le importan sus hijos.” Entonces, le dijo, “Disculpe Señor, ¿Por qué no controla sus niños?” y el padre con voz triste respondió, “Señor si usted supiera, venimos del hospital, mi esposa murió hace una hora y yo no se como decírselo a mis hijos.” En ese momento los lentes con que juzgaba esa situación se le cayeron de su mente y comenzó a ver la realidad, su actitud cambio, experimento simpatía y pensaba si habría alguna manera de ayudarle.

Los lentes mentales más difíciles de cambiar son aquellos con que nos miramos a nosotros mismos y que en la mayoría de los casos son color de rosa. Por ejemplo, leemos o escuchamos textos como Romanos 3:23, “Por cuanto todos pecaron, están destituidos de la gloria de Dios” y pensamos, “Correcto, todos los hombres a través de la historia han pecado y en el día de hoy siguen pecando.” Sin darnos cuenta estamos pensando en tercera persona del plural, ellos, en lugar de pensar, “Entonces. yo soy pecador y estoy separado de Dios.” inconcientemente disminuimos la gravedad de la afirmación y no vemos nuestra realidad.

Estudiando las muchas referencias bíblicas a la maldad del hombre, los grandes teólogos han formulado la doctrina de la total depravación del hombre, que no es muy popular. Sin embargo, Jesús dijo que de dentro del corazón salen los malos pensamientos, los adulterios, los homicidios, los hurtos, las avaricias, las maldades, el engaño, la lascivia, la envidia, la maledicencia, la soberbia y la insensatez.

Este diagnostico sobre nuestro corazón es una saludable mala noticia. Saludable porque es real y porque solo cuando una persona acepta su total depravación, al oír que “Cristo es el cordero de Dios que quita el pecado del mundo.”, lo considera como buenas noticias.

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