Los
evangelios nos cuentan que el Señor Jesús andando por el mar de Galilea
encontró a Simón y a Andrés su hermano que echaban la red en el mar y les dijo:
“Venid en pos de mí, y hare que seáis pescadores de hombres.” Y ellos le
siguieron. Más adelante encontró a Jacobo y a Juan su hermano que estaban en la
barca remendando sus redes y también los llamo y lo siguieron.
Aquí
tenemos dos parejas de hermanos del mismo oficio y el mismo llamado: La primera
pareja estaba echando la red, o sea
pescando y la otra remendando su
red. Lo que estaban haciendo en el momento del llamamiento ilustra dos tiempos
en la vida de los pescadores. El tiempo
de echar la red y el de remendarla.
Si Ud. Es
pastor, líder de célula, maestros de la Escuela Dominical, debe considerar su grupo
como una red de pesca, si la intención no es pescar posiblemente se están
reuniendo por reunirse y enseñando por enseñar. Entonces debe discernir si
están en el tiempo de echar la red, o en el de remendarla. ¿Cómo? Le doy tres ideas:
1. En oración seleccione una, o más
personas del grupo para para que le ayuden a remendarla. La gente que participa
se involucra. Debe estar dispuesto a escuchar las fallas sin reaccionar
negativamente.2. Pregúntese ¿Por qué dio, o no dio resultados las pescas anteriores? Escriba las respuestas y luego convierta cada respuesta en una pregunta que comience con ¿Por qué…..? y haga lo mismo con las respuestas.
3. Pídale al Señor que los ilumine y haga de ustedes pescadores de hombres. Marcos 1:17 dice, “Venid en pos de mí, y hare que seáis pescadores de hombres.” Note que Jesús prometido hacer de ellos pescadores de hombres si lo seguían.
Si echamos
nuestra red al mar sin remendarla, los peces se saldrán por los huecos que
tenga. Por ello necesitamos después de una temporada de pesca, revisar y
remendar nuestras redes.