04 enero 2012

Que el apostol Pablo nos entrene

Cuando yo tenía 21 años, los líderes de mi denominación rentaron una casa en un pueblo vecino y me dieron dinero para mandar a hacer unas bancas y un pulpito. Ellos estaban entusiasmados porque el Señor me había llamado y deseaban plantar nuevas iglesias.

Yo viajaba los sábados a visitar y el domingo tenia dos cultos. Al cabo de un año la asistencia era de siete a nueve personas y ninguno tenia interés en bautizarse. Yo me sentía fracasado y tire la toalla. Hoy pienso que si el apóstol Pablo me hubiera entrenado, habría hecho mucho mejor.

Imposible que Pablo nos entrene para esparcir el evangelio, pero en Hechos 19:8-10 se nos cuenta lo que el hizo partiendo de Efeso como centro de operaciones.

Primero buscó la gente con la que tenia conexión cultural y religiosa. El verso ocho dice, “Entrando en la sinagoga hablo con denuedo por tres meses” No rento ningún lugar, no predico sermones a las sillas, pero hablaba con denuedo del Reino de Dios.

Los versos nueve y 10 dicen que cuando algunos de la sinagoga se endurecieron, Pablo se aparto con sus discípulos a la escuela de Tirano y continuo con ellos por dos años. O sea que en el momento oportuno, comenzó a discipular en otro lugar posiblemente rentado, o prestado. Obviamente no se trataba de un discipulado teórico porque no tenían libros, ni Biblia impresa. Tenia que ser instrucción oral y entrenamiento practico que producía discípulos que se reproducían como conejos.

El verso 10 termina, “…de manera que todos los que habitaban en Asia, judíos y griegos, oyeron la palabra del Señor Jesus.” ¡Excelentes resultados!

Estoy seguro que otro elemento de la estrategia de Pablo, no mencionado, era la oración ferviente. Entonces la estrategia seria: Evangelismo intensivo + Discipulado practico + Oración ferviente = Multiplicación.

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