Hace días escuche a un consiervo relatar como había
comenzado su congregación en español, nos explicó que el culto en ingles lo había
comenzado debido a la carga que sentía al observar a un joven anglo que no
hablaba español, pero era muy fiel al culto en español.
Mientras él hablaba, recordé que al inicio de mi
congregación, algunas personas me sugerían la conveniencia de usar el inglés y
yo francamente les decía, “No puedo predicar en inglés, pero hay muy buenas
iglesias en inglés.” y me ofrecía para ayudarles a encontrar una. Para dejar
clara esa expectativa establecí el lema, “En Español Para Todas Las Naciones”. Así
nos desarrollamos con cierto orgullo de hablar español.
Pero con el tiempo se levantó la segunda generación y con
ella la necesidad del inglés. Comenzamos estableciendo un segundo culto en
español para ese grupo, con libertad para usar cantos en inglés. Sin embargo, mis
sermones en español no conectaban suficientemente bien. Entonces entramos en un
proceso de transición que termino con el nombramiento de uno de ellos como pastor
que predica en Ingles. Actualmente, de vez en cuando les predico en español y
lo aceptan bien.
Tengo otro amigo que hace cuatro años inició una
iglesia y predica una idea en español y luego la traduce al inglés. Aunque a algunos no les
gusta esa clase de predicación, mi amigo ha logrado desarrollar un grupo creciente
que si aceptan su predicación. Entonces, de estos tres casos sacamos seis conclusiones:
1.
Cada plantador atrae cierta clase de
gente.
2.
El plantador necesita definir y
entender su audiencia.
3.
El plantador debe reconocer sus
limitaciones y usar las habilidades que tiene.
4.
Debemos estar dispuestos a cambiar
cuando es necesario.
5.
El Señor usa toda clase de siervos.
6.
Los recursos pueden estar en la misma
congregación.