En
los años 70 se hablaba de igle-crecimiento. Se publicaban libros como La Iglesia
Que Crece, Las 10 Cualidades De Una Iglesia Que Crece, y Su Iglesia Puede Crecer.
La idea en esos libros era que una iglesia viva debe crecer. Se citaban textos
del libro de los Hechos donde dice que el número de discípulos aumentaba, o crecía.
Esa
manera de ver las cosas produjo las mega iglesias que tenemos hoy. Una mega
iglesia es una congregación con un liderazgo enfocado en crecimiento, sus líderes
saben qué hacer para atraer a la gente, son apasionados y sinceros en su manera
de impulsar el reino. Y no hay nada malo en que una congregación crezca hasta
ser una mega iglesia.
Sin
embargo, la idea original era que la iglesia más que crecer, se expandiera
desde Jerusalén hasta lo último de la tierra. Si la expansión va a ocurrir, el
tamaño de la iglesia tiene mucho que ver porque no es lo mismo la expansión de
grupos pequeñas que de congregaciones grandes.
No
es lo mismo la multiplicación de conejos que la de elefantes. Mientras más
grande el animal, más difícil la multiplicación. No es lo mismo la expansión de
un virus que la de los perros porque mientras más pequeño el cuerpo más posible
la expansión.
La
duplicación de una mega iglesia requiere mucho tiempo, dinero, energía y sobre
todo liderazgo, elemento muy escaso. Por otro lado, la multiplicación de grupos
pequeños requiere menos tiempo, dinero, energía y liderazgo, lo cual facilita
la expansión.
La
idea de Cristo acerca de un movimiento de expansión y multiplicación es mucho más
práctica que la que domina hoy en la mayoría de líderes cristianos acerca de lo
que debe ser una iglesia.