El tema de oidores y hacedores siempre es relevante, pero quiero enfocarme en otro parecido, predicadores o hacedores. “Sus acciones no me dejan escuchar lo que dices” es un sabio dicho popular. Se refiere a nuestras contradicciones porque a veces lo que hacemos comunica un mensaje contrario a lo que estamos proclamando. Veamos unos ejemplos:
Hace unos años unos miembros de una iglesia estaban sorprendidos de que su Nuevo pastor hablaba de diezmar y ofrendar sacrificialmente, pero ellos observaban que él no lo hacía. El efecto negativo de ese comportamiento creo una situación de escases y conflicto en la congregación y hoy en día esa congregación tiene otro pastor.
Algunos líderes predican de misiones o promueven células como una alta prioridad en su iglesia, pero cuando llega la oportunidad de participar en una conferencia o un entrenamiento, envían a uno o dos miembros. Por su puesto que ese pastor está tratando de hacer lo mejor, pero ¿Cómo lo están percibiendo los hermanos?
Posiblemente piensen, “Mi pastor tiene asuntos más importantes y por eso me envió a mí a lo menos importante.”
Si uno habla de la importancia del discipulado, la gente no se lo va a creer hasta que lo demuestre. Ellos sintonizan el vibrar del corazón de su pastor y lo van a seguir no a donde uno dice que vayan, sino a donde su corazón se dirige. Por eso alguien dijo que el asunto no es tener una visión, sino que la visión lo tenga a uno.
La solución. Entonces, es conectar el corazón con la boca porque la gente capta las prioridades de nuestro corazón. “Porque donde este vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón.” Antes de predicar, analiza donde está tu corazón porque tarde o temprano la gente captara donde lo tienes.
10 febrero 2014
Predicadore y hacedores
22 enero 2014
LOS TRES GIGANTES
Durante el mes de Diciembre y Enero he estado preguntando a los pastores que están tratando de plantar células: “¿Cuáles obstáculos han encontrado?” y después de haber hablado con 12 de ellos note que todos de una u otra manera se referían a tres obstáculos, los cuales he llamado LOS TRES GIGANTES, recordando que fueron los gigantes los que atemorizaban a los soldados israelitas en la conquista de la tierra prometida. Y pensándolo mejor, son los mismos que hacen retroceder todo tipo de iglesia, en células o sin ellas. Los gigantes son:
1. La falta de tiempo.
Si la falta de tiempo es un obstáculo, necesitamos revisar lo que estamos haciendo en la iglesia semana tras semana y eliminar algunas cosas que no nos están dando los resultados que buscamos. También es muy posible que los creyentes estén pasando mucho tiempo frente a la pantalla del televisor o la computadora.
2. Falta de compromiso en los creyentes.
Sospecho que la falta de tiempo está relacionada con la falta de compromiso. Tal vez se trata de un asunto de prioridades. Cuando la visión del reino está en el centro del corazón de un individuo, esa persona le dará prioridad a los asuntos del reino. El señor le pregunto al profeta Ezequiel, “¿Vivirán estos huesos?” y el respondió, “Tú lo sabes Señor” Dios puede hacer que un montón de huesos desorganizados se convierta en un ejército conquistador.
3. Falta de entendimiento de lo que en realidad es una célula:
Para matar este gigante la fórmula es la misma: Estudiar, y repasar para ampliar y profundizar nuestro entendimiento, luego pensar y repensar en maneras de explicar los conceptos en forma más simple. La etapa de confusión frente a un proyecto es normal, pero debemos entender que si perseveramos, en algún momento llegara la luz.
22 octubre 2013
Elementos estrategicos
04 septiembre 2013
Liderazgo y aprendizaje