19 febrero 2010

¿Evangelismo de cosecha o de siembra?

Después de recibir mi entrenamiento en las cuatro leyes espirituales para presentar el evangelio. Mi entrenador me llevo a la cafetería de la universidad del Valle en Cali, Colombia, y pedimos 2 cafés. Luego el se acerco a un estudiante que estaba tomando Coca Cola y le pidió permiso para sentarnos con el, el joven acepto, nos presentamos y comenzamos charlar de deporte, y de pronto mi entrenador dijo, “Campo tiene algo interesante para compartirte sobre unas leyes espirituales.” Atrapado y sin salida, le presente las Cuatro Leyes y lo invite a recibir a Cristo por medio de una oración. Como el joven no estaba dispuesto a hacerlo, mi entrenador entro en acción tratando de persuadirlo a que recibiera a Cristo.

Por años continué haciendo lo mismo y como los resultados no eran los deseados, aprendí a usar otro método y después otro. Hoy, he llegado a comprender que estaba practicando un evangelismo de cosecha, que consiste en presentar el evangelio suponiendo que las personas están listas para decidir si entregan, o no sus vidas a Cristo. Este evangelismo a veces logra miles de profesiones de fe, pero profesión de fe no es lo mismo que conversión. No es malo usar un método de evangelismo personal, pero cuando se trata del destino eterno de las almas debemos buscar más efectividad.

Por lo tanto, necesito aprender el evangelismo de siembra que consistiría en encontrar a la persona donde este en su peregrinaje espiritual para estimularla a avanzar hacia su encuentro con Cristo. Avanzar no implica una decisión inmediata por Cristo, sino acortar la distancia que lo separa del Señor.

En la parábola del sembrador Jesús dice que parte de la semilla cayo en buena tierra y dio fruto. Detengamos a pensar, El sembrador primero siembra en buena tierra y después de un tiempo, lo sembrado da fruto. O sea que hay un proceso entre la siembra y la cosecha.

Los agricultores pueden anticipar el tiempo de la cosecha, pero cuando sembramos la palabra en los corazones de la gente, no podemos anticipar cuanto durara el proceso porque el corazón humano es tierra impredecible.
Entonces el evangelismo es más un estilo de vida en el que a veces estamos sembrando la Palabra, a veces cultivando, y a veces cosechando.

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