31 diciembre 2009

La bendicion de fracasar

En estos días, además de pensar en el futuro me estoy preguntando cuantas veces metí la pata en el 2009 y fueron muchas porque no las puedo recordar ni contar. El apóstol Pedro es conocido por meter la pata. Para verificarlo, recordemos cuando fue duramente reprendido por Jesús después que le dijo que tuviera compasión de si mismo y no fuera a Jerusalén a morir; o cuando le aseguro al Señor que aunque todos se escandalizaran de El, el nunca lo haría y luego lo negó tres veces; o cuando le dijo a Jesús que mandara que fuera hacia El caminando sobre las aguas y al caminar, tuvo miedo y comenzó a hundirse.

Sin embargo, Pedro es el discípulo mas destacado, lo bueno de el es que volvía a tratar. No tengamos temor de fracasar porque el temor limita nuestro futuro, la parábola de los talentos lo ilustra claramente. Tanto el que recibió cinco talentos como el que recibió dos, tomaron el riesgo y duplicaron el capital, pero el que recibió uno lo enterró y al rendir cuentas dijo, “…Señor, te conocía que eres hombre duro que siegas donde no sembraste y recoges donde no esparciste; por lo cual tuve miedo y escondí tu talento en la tierra;…” Mateo 25:24-25. Este siervo fracaso porque el miedo lo neutralizo.

El fracaso no es una opción, es una necesidad. El ciclo productivo del fracaso consiste en: Intentar, fracasar, hacer ajustes, tratar de nuevo, volver a fallar, y volver a intentar, pero al repetir este ciclo, estamos aprendiendo y mejorando. Así el fracaso se convierte en bendición.

Fracasar no significa que soy un fracaso, yo no soy el fracaso, estoy aprendiendo de mis fracasos. Si no aprendemos de nuestros fracasos seguiremos haciendo lo mismo y teniendo los mismos resultados.

Los sentimientos acerca del fracaso son tan importantes como los pensamientos, ¿Después de un fracaso se siente usted menos amado y aceptado por Dios? Los nuevos intentos y los riesgos que tomamos deben surgir de nuestra relación personal con Dios, no de nuestro deseo de ser aceptados por El, o nuestra hambre de éxito.

Como dijo alguien, “El fracaso no mide mi éxito, sino mi fe”. Entonces, usemos nuestra fe en el 2010 para intentar nuevas formas de glorificar a Dios.

1 comments:

Anónimo dijo...

Gracias Hno. Campo por este Pensiento creo que el crecimiento de todos nosotros, es el reto de volver a intentar, como un bebe cuando empieza a caminar, cuantas veces no se cayo, y se levanto, hasta que logro caminar, asi es nuestra vida, no hay que darnos por vencidos, ni tener miedo de volver a intentar, porque si no intentamos no lograremos nada, Josue 1:9 Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente; no temas ni desmayes, porque Jehová tu Dios estará contigo en dondequiera que vayas.

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