Cuando
en el futbol, soccer, un delantero hace gol, los hinchas del equipo se ponen de
pie y levantan sus manos en expresión de victoria. El jugador que introdujo la
pelota corre hacia las graderías, se deja caer sobre sus rodillas y se desliza mientras
el narrador grita “¡gooool!”. Los televidentes también expresan su emoción, pero
luego se calman para observar la repetición. ¿Cuánto dura esa celebración? Un
minuto, o dos y el partido sigue.
El
primero de noviembre del 2017 los Astros de Houston se coronaron campeones
mundiales de béisbol y 20 días después, todavía se formaban líneas de gente en algunas tiendas
para comprar al día siguiente una camiseta y obtener la firma de una de las
estrellas del equipo.
Póngase
a pensar, ¿Alguien celebrará el triunfo de los Astros dentro de 2,000 años?
Para no exagerar, dentro de un año nadie celebrara ese triunfo. En cambio, cada
año durante prácticamente un mes, los cristianos conscientes comienzan a saludarse y a despedirse deseándose feliz
navidad, realizan cantatas, dramas y fiestas para celebrar el nacimiento
extraordinario de Cristo.
Pablo
explica que Cristo siendo en forma de Dios, no se aferró a esa condición, sino
que se despojó a sí mismo y tomo forma de siervo hecho semejante al hombre se
humillo hasta la muerte. Por eso el Padre lo coronó campeón de campeones y le
dio un nombre que es sobre todo nombre, para que en el nombre de Jesus se doble
toda rodilla de los que están en los cielos y abajo en la tierra y toda lengua
confiese que Jesucristo es el Señor.
Una celebración puede ser personal, familiar, o corporativa. Algunos participan de la celebración familiar, o corporativa de la navidad sin tener nada personal que celebrar porque Cristo no está en sus vidas, pero eso puede cambiar. ¿Cómo? Interiormente Ud. traslada toda su fe de donde la tenga puesta a Cristo. Así El llega a ser el centro de su vida.
0 comments:
Publicar un comentario